Cuando muere nuestro perro o gato o cualquier otro animal, el dolor es intenso. Somos conscientes de que está en la naturalidad de las cosas, pero ese pequeño ser nos ha llenado de cariño y ha sabido estar cerca de nosotros en cada momento de nuestra vida.

Saludarlo por última vez, junto con el resto de la familia, es tan importante como un último saludo a un ser humano. Con una ceremonia podemos agradecerle el amor que nos ha dado, recordar juntos las cosas divertidas que hacía, compartir el dolor con los demás.

El rito puede ocurrir en el lugar donde será enterrado o en casa antes de que se lo lleven. Como celebrante os ayudaré a encontrar las palabras y los gestos para saludarlo y será como darle una última caricia.